por Luis Fernando Coss
Entre enero y febrero de este año tuve la oportunidad de construirme una residencia académica en torno a los temas de la comunicación y el periodismo digital y multimedia. Con ese propósito visité Pamplona y Barcelona, sus dos centros universitarios más importantes. Allí participé en conferencias y encuentros y realicé cerca de diez entrevistas formales.
Al pasar balance de esta experiencia y de cara a nuestro programa de periodismo en la UPR, redacté las siguientes observaciones. Conviene antes definir a qué me refiero con “comunicación multimedia” pues tiende a confundirse con otros términos como “multiplataformas” o “convergencia”. A continuación uso el concepto para hablar de la producción digital de contenidos que integran texto, imagen y sonido, en el marco de una creciente participación interactiva entre productores y públicos vía internet. Veamos ahora las observaciones:
• Lo más notable es la diferencia de prioridades. Mientras en la Universidad de Navarra, Pamplona, y la Universidad Autónoma de Barcelona la comunicación multimedia ocupa un lugar central en el currículo, acá luce como algo suplementario. Barcelona y Pamplona dedican al menos doce créditos obligatorios asociados a la materia y ofrece además de tres a cinco cursos afines de carácter electivo.
• La historia y la teoría sobre la comunicación multimedia constituyen una referencia obligada en al menos tres o cuatro de los cursos. Lo que implica una reflexión mil veces más compleja y profunda que la disponible en Puerto Rico en cualquier centro universitario, sea público o privado.
• En ambas universidades españolas existe por lo menos un curso exclusivamente dedicado al periodismo digital (o ciberperiodismo, como lo llaman en Pamplona), que atiende no sólo competencias prácticas sino también, y sobre todo, teóricas. Como cuestión de hecho, la parte instrumental se refuerza de un modo para nosotros inédito: los estudiantes están obligados a realizar prácticas semanales y proyectos bajo la supervisión de un equipo de profesores capacitados al nivel más óptimo tanto en lo instrumental como en lo teórico.
• Ambos programas problematizan la dimensión de la economía política del mundo digital, quizá la de Barcelona más atenta al significado político de las desigualdades sociales y el potencial democrático de las llamadas nuevas tecnologías
• En ambas universidades se incorpora la dimensión empresarial e industrial de los nuevos medios mediante cursos específicos, al cabo del cual los estudiantes deben presentar un modelo o prototipo de negocio. En Puerto Rico no se le presta casi ninguna atención al tema. En la UPR es sencillamente inexistente.
• Se publican libros, monografías y existen varios proyectos de investigación de largo alcance, algunos de los cuales se extienden directamente a la comunidad, como es el caso del proyecto en el distrito de Gracia –una televisión barrial vía Internet – que anima el colega Manel López. En el caso de Pamplona, el Departamento mismo (conocido allá como Proyectos Periodísticos) se encarga de publicar una web, FCompass, que provee para prácticas diarias de los alumnos, en comunicación multimedia, al mismo tiempo que se expone la labor universitaria al alcance de la ciudadanía. En la Universidad de Barcelona existe el Portal de la Comunicación, un magnífico recurso web que se ocupa de innumerables temas de actualidad en la comunicación, y en forma destacada del periodismo, la Internet y las nuevas tecnologías. Son notables la calidad de los blogs especializados en periodismo digital, entre otros: Gabriel Jaraba, José Luis Orihuela y Ramón Salaverría.
• No me cabe la menor duda de que el nivel de competencia que se exige de los alumnos es muy superior allá que acá tanto en el plano tanto teórico como práctico.
Conclusión: en estas dos universidades españolas existe un terreno muy fértil y muy amplio para las actividades docentes y prácticas, investigación y extensión en comunicación multimedia-digital-interactiva. En ese espejo, Puerto Rico se encuentra claramente retrasado.
No obstante, estoy convencido de que tenemos un gran potencial para ponernos al día en un corto plazo. En Puerto Rico existe una amplia infraestructura y en COPU hay disponibles programas y computadoras a las cuales habría que sumar sólo un par de inversiones para colocarlo a la altura del momento. Hay que pensar quizá en sumar al menos un recurso con competencias técnicas de primer orden y modificar las prioridades de algunos de nuestros cursos. La experiencia de la revista multimedia de estudiantes LaJota; las experiencias de alumnos y profesores en DiálogoDigital, nuestra vinculación con 80grados y la revista Cruce; la existencia de un programa dedicado exclusivamente a este campo en la Universidad del Este, todos estos factores y otros, internos y externos, son muy alentadores.